Con la casi finalización de la primavera y en las puertas del verano, las cosechas están listas para ser recogidas. Y qué mejor que hacer un homenaje a ellas a través de fotografiarlas de noche, sin ese radiante sol pero no por menos espectaculares, en buena compañía.
Recuerdo que siempre imaginaba lo que veía como si fuera una fotografía, pero cuando realmente la hacía, ésta no devolvía la imagen que yo tenía en mi mente, sino simplemente una imagen. Ahora tengo la oportunidad de poder transmitir lo que realmente veo gracias a Fran Medina, quien ha sabido transmitirme parte de sus conocimientos, y a mi gran amigo Julián, con el que día a día voy educando mi forma de ver y hacer ver a los demás lo que me rodea.
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