viernes, 15 de agosto de 2014

Monasterio del Diablo en Carmona (Sevilla)

En esta ocasión nos fuimos al Monasterio del Diablo, situado en Carmona, un pueblo de Sevilla. Un lugar lleno de leyendas y por qué no, también idóneo para hacer fotografía nocturna. Mientras se hacía de noche, aprovechamos para hacer un picnic en los alrededores, y entre risas y bromas, llegó el momento de la verdad: adentrarnos en plena noche entre sus pilares.

Un poco de historia


Monasterio de Franciscanos y Dominicos construido en 1620 y situado en las afueras de Carmona (Sevilla). Popularmente llamado “Monasterio del Diablo” o “Monasterio maldito”, ya que según dicen vive el Diablo, pero en realidad se llama “Huerta de los frailes” o “Huerta de San José”.
Sobre la historia de esta construcción no hay referencias, pero sí que existen dos documentos, el primero sobre una donación de alimentos a los monjes, y el segundo, que se encuentra en los archivos del Ayuntamiento de Carmona, que narra la historia de lo que posteriormente sería la leyenda negra del Monasterio, realizado por el Escribano José Díaz de Alarcón, el fraile Dominico Juan Rodrigo Perea, así como alguaciles y demás fuerzas públicas y religiosas.
Juan Rodrigo Perea relataba lo siguiente:

El 25 de noviembre de 1680 se despertó y le resultó extraño que la puerta de su celda no estuviese abierta como era la costumbre, ya que por las noches las cerraban con llave. Seguidamente escuchó unos pasos en el pasillo que terminaban en su puerta y vio como se abría, pero una vez abierta comprobó que no había nadie. Creyendo que se había dormido salió corriendo de la habitación, y al recorrer el monasterio no encontró a ninguno de los frailes. Cuando llegó a la altura de la cocina escuchó unos lamentos, por lo que decidió bajar a los sótanos para ver que es lo que ocurría. 

Cuando entró en el sótano descubrió los cuerpos de los frailes colgados en los ganchos donde colgaban jamones y chorizos, y unos seres pequeños que se los estaban comiendo. Entonces los seres se unieron para formar un solo cuerpo que le dijo: “Te dejo vivir, para que plocamaras mi venida al mundo”, “ve y di que Satán esta aquí”. Entonces, un fuego comenzó a propagarse por el sótano.

El Alguacil Alonso Sans de Heredia narra que cuando fueron a enterrar los cadáveres en los terrenos del sótano el cielo se oscureció, y entre dos columnas de fuego apareció el rostro de una alimaña. Después descendió una luz blanca y de esta bajó un ser con forma humana. Ante esta visión todo el mundo salió huyendo.

Al día siguiente, los habitantes del pueblo entraron en el convento, pero la mayoría murieron, según cuentan, a manos del Diablo, por lo que más tarde decidieron hacer un exorcismo y sembrar el lugar de sal para echar al demonio.
Ante estos hechos, una bula papal ordenó que durante 2 años se celebrasen misas y procesiones.




























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