sábado, 21 de noviembre de 2015

EL MEMBRILLO (Huelva)


Y siguiendo con la necesidad de saber un poco más de nuestra historia y de los pueblos que nos rodean, nos fuimos una mañana gris hasta El Membrillo Bajo, un pueblo de Huelva que está más que abandonado. Está arrasado hasta sus cimientos. Sus ruinas, invadidas por las plantas, atestiguan lo que una vez fue una pedanía de Zalamea la Real, habitada por algo más de 100 habitantes. Cada una de sus piedras tiene una fecha invisible grabada: 1937. Ese año, en mitad de la Guerra Civil, el pueblo fue borrado del mapa, incendiado y bombardeado por un grupo de milicianos de Falange y miembros del Ejército. Los habitantes de El Membrillo huyeron a pueblos cercanos como la misma Zalamea o El Membrillo Alto. Detrás dejaron a una quincena de vecinos que, durante aquel año, habían sido torturados y fusilados o incluso pasados a cuchillo por los fascistas.

Y es que la masacre, que terminó camuflándose con en el drama general de la Guerra Civil, escondía su génesis en un pleito por tierras que se remontaba al siglo XIX. Desde mediados de esa centuria, los campesinos de El Mebrillo Bajo y los terratenientes de Zalamea habían litigado por unas 150 hectáreas de monte.


































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